El blanqueamiento dental vital es uno de los tratamientos estéticos más conservadores con el tejido dentario. Se aplica a los dientes que han cambiado de color y puede realizarse tanto en la consulta como en el propio domicilio, siempre previa revisión y siguiendo las pautas recomendadas por el odontólogo.

Los dos principios activos más usados para el blanqueamiento dental son el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, y su utilización irá dictada por el odontólogo en función de las necesidades clínicas del paciente.

En nuestra consulta el blanqueamiento clínico lo realizamos mediante una lámpara de luz fría de alta intensidad con una onda de 480 a 520 nm que activa el agente blanqueador, y lo combinamos con el blanqueamiento domiciliario, pautando revisiones periódicas con la especialista que irá analizando su evolución.

El blanqueamiento interno se realiza cuando tenemos una discoloración puntual en un diente.

Normalmente este tipo de patología del color, en la cual un diente adquiere un color intenso amarillento o negruzco, es secundario a un traumatismo o tratamiento de conductos (endodoncia). Es una técnica sencilla y conservadora, en la que se introduce el agente blanqueante en la cámara pulpar ya endodonciada y posteriormente se sella de manera temporal, preservando intacta la anatomía externa del diente. A la semana analizamos el resultado y repetimos el proceso si es necesario, hasta alcanzar el resultado deseado.

De este modo el blanqueamiento dental interno requiere pocas visitas, siendo el aclarado permanente. La intensidad del mismo dependerá de cada paciente, de sus dientes y su cuidado.

Las carillas dentales son unas finas láminas que se colocan en la parte frontal de los dientes y nos permiten mejorar diferentes aspectos de la estética dental, tales como forma, color, posición, etc. Es un tratamiento de estética muy útil para disimular los defectos en la coloración de los dientes o desperfectos que puedan originarse en los mismos. Además, gracias a los avances tecnológicos, ya no es necesario tallar el diente para su colocación, sino que con una ligera asperización de la parte frontal del diente es suficiente para cementar la carilla y conseguir un resultado óptimo, por lo que se trata de un tratamiento conservador y mínimamente invasivo.